“Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”.
Henry Miller
Hay muchas cosas que podrían decirse sobre el placer de viajar, y hay también infinidad de cosas por contar respecto a un lugar tan lleno de vida como El Parque Nacional El Imposible. De las generalidades se puede mencionar que está ubicado en el Departamento de Ahuachapán entre los municipios de San Francisco Menéndez y Tacuba, y es considerado como la reserva natural más importante del país por la diversidad de vida silvestre que encuentra hogar en él, por la fuente de recursos hídricos que representa para la zona y por el potencial que posee para el desarrollo turístico sostenible.
De los riachuelos dentro del parque |
Sí, esas son solo generalidades, porque no bastan para describir la experiencia, más bien aventura, que representa el parque para cualquiera que llega hasta él. Es que El Imposible, en su esencia, también representa eso que El Salvador es: la diversidad y la riqueza, encontradas en el sitio menos esperado.
Desde la llegada al parque, en el sector conocido como San Benito, el silencio de los alrededores (solo roto por el canto de las aves) transmite una sensación de tranquilidad que difícilmente puede ser encontrado en las cercanías de la ciudad. Predomina también esa sensación facilidad al respirar, al encontrar un aire al que el organismo parece no ponerle resistencia.
La bienvenida es acogedora gracias al equipo de guías que se encuentran en el lugar, y al personal dentro del centro de interpretación Mixtepe. Al emprender la caminata para conocer los principales atractivos del parque, es fácil que la ingenuidad haga pensar que la aventura del recorrido será sencilla.
No, conocer el parque en su totalidad no es misión sencilla, y hasta se puede decir que tiene bien merecido su nombre; la caminata en efecto, parece misión imposible. Hasta un experimentado amante de este tipo de actividades al aire libre podría verse agotado frente a tal labor. Sin embargo, con todo y la dificultad, hay algo que si es fácil, y es decir que vale la pena intentarlo.
El ritmo de los ríos corriendo entre lo verde, y lo verde adornado por el canto de las aves y por lo mágico de este refugio para la vida silvestre, hacen que un viaje al imposible sea también una experiencia difícil de encontrar en otro lugar.
Este recurso representa la oportunidad para la conservación de la vida en su estado natural, pero también para el desarrollo del turismo sostenible en la localidad, articulando y llevando los beneficios del turismo a la comunidad a través de los ingresos generados mediante el empleo y los pequeños negocios que se van desarrollando para complementar la oferta turística del lugar.
Como Malandanzas, nos sentimos orgullosos de invitarles a conocer este lugar tan asombrosamente conservado y fuente de vida para nuestro territorio, y es un placer incorporarle como primer destino dentro de nuestra oferta de recorridos.
Sin duda es imposible ir a este lugar, y no regresar con una nueva visión de las cosas y de la importancia de proteger este tesoro dentro del patrimonio natural salvadoreño.
Carlos
Desde la llegada al parque, en el sector conocido como San Benito, el silencio de los alrededores (solo roto por el canto de las aves) transmite una sensación de tranquilidad que difícilmente puede ser encontrado en las cercanías de la ciudad. Predomina también esa sensación facilidad al respirar, al encontrar un aire al que el organismo parece no ponerle resistencia.
La bienvenida es acogedora gracias al equipo de guías que se encuentran en el lugar, y al personal dentro del centro de interpretación Mixtepe. Al emprender la caminata para conocer los principales atractivos del parque, es fácil que la ingenuidad haga pensar que la aventura del recorrido será sencilla.
No, conocer el parque en su totalidad no es misión sencilla, y hasta se puede decir que tiene bien merecido su nombre; la caminata en efecto, parece misión imposible. Hasta un experimentado amante de este tipo de actividades al aire libre podría verse agotado frente a tal labor. Sin embargo, con todo y la dificultad, hay algo que si es fácil, y es decir que vale la pena intentarlo.
Panorámicas durante la caminata |
El ritmo de los ríos corriendo entre lo verde, y lo verde adornado por el canto de las aves y por lo mágico de este refugio para la vida silvestre, hacen que un viaje al imposible sea también una experiencia difícil de encontrar en otro lugar.
Este recurso representa la oportunidad para la conservación de la vida en su estado natural, pero también para el desarrollo del turismo sostenible en la localidad, articulando y llevando los beneficios del turismo a la comunidad a través de los ingresos generados mediante el empleo y los pequeños negocios que se van desarrollando para complementar la oferta turística del lugar.
Como Malandanzas, nos sentimos orgullosos de invitarles a conocer este lugar tan asombrosamente conservado y fuente de vida para nuestro territorio, y es un placer incorporarle como primer destino dentro de nuestra oferta de recorridos.
Sin duda es imposible ir a este lugar, y no regresar con una nueva visión de las cosas y de la importancia de proteger este tesoro dentro del patrimonio natural salvadoreño.
Los enganches |
Carlos
malandanzas@outlook.com
malandanzas.sv@gmail.com
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